Merluza para el colesterol

Encabeza la lista de pescados blancos que más se consumen en España, y gracias a su amplia versatilidad culinaria cuenta con la aceptación de mayores y pequeños. Ahora, un estudio realizado por el Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn), en el que han participado trece hospitales públicos españoles y y que ha sido coordinado por la doctora Clotilde Vázquez, investigadora de la red consorciada y jefa de la Unidad de Nutrición y Obesidad del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, revela que el consumo frecuente de merluza ejerce efectos beneficiosos en pacientes con algo riesgo cardiovascular.  «Es la primera vez que se realiza un estudio clínico del pescado blanco en general y de la merluza en particular en humanos. Este producto tiene una gran aceptación en el público como un alimento nutritivo, digestible, pero no se conocía más allá. Nos hemos centrado en la merluza congelada de Namibia–operan 50 empresas del sector y se exporta a diferentes países europeos entre los que  destaca España– porque es muy fácil de distribuir y es asequible desde el punto de vista económico», explica Vázquez.

Dos fases

A lo largo de 17 semanas, 257 pacientes con síndrome metabólico siguieron una dieta en dos fases: ocho semanas de exclusión de cualquier alimento marino, seguidas de otras ocho semanas con un consumo diario de cien gramos de merluza congelada o viceversa. En cada etapa se han realizado las oportunas evaluaciones antropométricas (peso, talla, perímetro de cintura e índice de masa corporal), toma de tensión arterial y análisis sanguíneos para valorar el perfil lipídico, la glucemia y el omega-3 DHA en plasma.

Hasta ahora, «se desconocía el contenido de omega-3 en el pescado blanco ya que siempre se atribuía al pescado azul, pero la merluza es una fuente natural y suficiente de estos ácidos grasos», matiza Vázquez. El hecho de incluir este producto en la dieta diaria «mejora la tensión arterial diastólica, disminuye la grasa abdominal y reduce los niveles de colesterol ‘’malo’’ o LDL», añade la investigadora. Para obtener estos beneficios no hace falta limitarse al pescado hervido. «A los participantes se les dio un recetario y libertad absoluta para que lo prepararan como ellos quisieran: al vapor, a la plancha, frito, al horno… El omega-3 es estable y se mantiene, al margen de cómo se cocinen», aclara Vázquez.

Más magros

Desde el punto de vista nutricional, la merluza constituye «uno de los pescados con un menor contenido en calorías y grasa lo que lo convierte en uno de los más magros. Posee 63 calorías y en torno a 1,89 gramos de grasa por cada cien gramos, y una gran parte pertenece a los omega-3 con reconocido efecto cardiosaludable. Además, presenta un contenido elevado en proteínas de alto valor biológico. Alberga minerales como el potasio, fósforo, yodo y magnesio y vitaminas del grupo B, A y D», sostiene Concepción Maximiano Alonso, dietista-nutricionista y vocal de la Asociación de Dietistas-Nutricionistas de Madrid (Addinma). Y añade que estas cualidades hacen que este alimento sea «adecuado para una alimentación sana para todas las edades, apta en planes de adelgazamiento e, incluso, para diferentes patologías como la hipercolesterolemia o la hipertensión».

Fuente: La Razón