La SEEN advierte sobre la proliferación de las dietas “de moda” y sus riesgos para la salud
La recuperación ponderal de estas dietas y el fenómeno de “rebote” son frecuentes y no están exentos de riesgos. Son dietas monótonas que pueden ser deficitarias en nutrientes esenciales y no están exentas de otros riesgos, como deshidratación, estreñimiento, hiperuricemia, etc. La pauta de alimentación para el tratamiento de la obesidad debe tener las siguientes características: hipocalórica, equilibrada y adecuada para el paciente
La obesidad es una enfermedad metabólica crónica cuyo tratamiento requiere unos cambios favorables en la alimentación y en el estilo de vida, mantenidos en el tiempo. La elevada prevalencia de esta enfermedad y la dificultad que conlleva su tratamiento contribuye a la proliferación de dietas “mágicas” y otros procedimientos, de eficacia no comprobada, que prometen una pérdida de peso rápida y sin esfuerzo.
Muchos pacientes buscan y siguen las dietas de moda, ilusionados por la información y los testimonios, en ocasiones, de personas famosas, pero las consecuencias adversas para la salud de este tipo de dietas son obvias y diversas.
Por esta razón, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) pretende advertir de los riesgos para la salud de estas dietas “de moda” e informar sobre las principales características y recomendaciones del tratamiento dietético de la obesidad.
Según la Dra. Irene Bretón, del Área de Nutrición de la SEEN, “durante los últimos años han proliferado una serie de propuestas de tratamiento dietético para la obesidad y otros procedimientos, de eficacia no comprobada. La recuperación ponderal y el fenómeno de ‘rebote’ son frecuentes y no están exentos de riesgos”.
“A pesar de los esfuerzos de investigadores, sociedades científicas y organismos oficiales, este tipo de dietas y procedimientos se siguen utilizando por muchas personas como ‘método de adelgazamiento’ y llegan a constituir un auténtico problema de salud pública, ya que pueden provocar deficiencias de proteínas, vitaminas y minerales por la falta de consumo de los alimentos y producir efectos psicológicos negativos. Fomentar la educación en alimentación y hábitos de vida saludable en la población es una responsabilidad de todos”, añade la Dra. Bretón.
El tratamiento dietético de la obesidad
La pauta de alimentación para el tratamiento de la obesidad debe tener las siguientes características: hipocalórica, equilibrada y adecuada para el paciente. Para que el tratamiento de la obesidad sea duradero es requisito indispensable que la pauta de alimentación de adapte a las características y al tipo de vida de cada persona.
“En primer lugar, debe aportar, como es obvio, una cantidad inferior a las calorías que consume la persona. Este déficit calórico es el responsable último de la pérdida de peso. En general, se aconseja un aporte de entre 500-1.000 kcal inferior al consumo energético”, señala la Dra. Breton.
Asimismo, esta experta explica que, “el término ‘equilibrada’ se refiere a que debe aportar los nutrientes esenciales y debe mantener un equilibrio entre los distintos macronutrientes que se asocie con una mejoría de la salud en general”.
Dietas de moda
Según la Dra. Bretón, “desde un punto de vista quizás algo artificial, pero práctico, podemos clasificar las dietas alternativas en el tratamiento de la obesidad en tres categorías: dietas pintorescas y mágicas, dietas especiales y dietas pseudocientíficas”.
Las “dietas pintorescas” serían aquellas que no pretenden seguir ninguna teoría científica, sencillamente, intentan convencer de la facilidad para llevarlas a cabo y su eficacia. Serían, por ejemplo, la dieta de la sopa, la de la alcachofa, la del limón etc.
Las “dietas especiales” no siguen las recomendaciones habituales de una dieta hipocalórica equilibrada, pero que, en determinadas circunstancias y con una indicación y un control del tratamiento por un médico especialista, se pueden emplear en pacientes concretos. A modo de ejemplo, las dietas de muy bajo contenido calórico.
Por último, las “dietas pseudocientíficas” son aquellas que pretenden basarse en fundamentos científicos, pero que no está comprobada su eficacia o seguridad. Por ejemplo, la dieta Dukan o la dieta disociada.
“La mayor parte de las personas que siguen estas dietas pierden peso al inicio, pero luego lo recuperan en poco tiempo. En general son dietas monótonas que pueden ser deficitarias en nutrientes esenciales. Y, por supuesto, no están exentas de otros riesgos, como deshidratación, estreñimiento, hiperuricemia, etc.”, señala la Dra. Breton.
Fuente: Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN)
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