La lucha contra el tabaco en España arroja luces y sombras
La aprobación en 2005 y 2010 de las dos leyes dirigidas a mitigar las consecuencias del tabaquismo ha tenido un impacto muy positivo en el control del consumo de tabaco y también en cuanto a la sensibilización de la población general sobre el tabaquismo pasivo. Según los expertos en la comunidad de Madrid hay áreas no suficientemente cubiertas, entre la que destaca “la asistencia sanitaria a los fumadores para ayudarles a abandonar el tabaco”.
Antes de la entrada en vigor de la nueva legislación, la prevalencia del consumo de tabaco se situaba en el 30 – 35% de la población. En la actualidad se cifra en el 24% de la población general española mayor de 15 años. Lo que representa una reducción muy significativa. Sin embargo, en algunos grupos de edad la prevalencia sigue siendo alta. Según la última encuesta Nacional de Salud, entre los 35 y los 55 años el porcentaje de fumadores se sitúa aproximadamente en el 33%.
Desde el 2014 hasta la actualidad no hemos sido capaces de seguir reduciendo el número de fumadores. Otro punto de sombra es la edad media de inicio del consumo. Así, la inmensa mayoría de los fumadores se incorpora antes de los 18 años. Y cuanto antes se produzca mayor será posteriormente la dependencia.
Morbilidad
También hay que tener en cuenta que la mayoría de las enfermedades asociadas al tabaco hacen su aparición de 15 a 20 años después de iniciar su consumo. Un comienzo precoz adelanta el desarrollo de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), cardiopatía isquémica y cáncer de pulmón, vejiga y esófago entre otras patologías.
En los bares y restaurantes se han reducido los contaminantes ambientales, como partículas de nicotina 80-85%. Los expertos confirman que después de la aprobación de la segunda Ley, el índice de tabaquismo pasivo pasó de un 55% a un 18%, y también se registró una disminución significativa en el número de ingresos por cardiopatía isquémica, infarto de miocardio y asma bronquial. La disminución del tabaquismo ha sido desigual entre hombres y mujeres. En los hombres se partía de cifras muy altas de prevalencia (50-52%), situándose en el 26-27% en la actualidad. Sin embargo, en las mujeres hubo unos años que aumento y llegó al 23-24%. Y la prevalencia es hoy en día del 20-21%.
Qué se puede hacer de cara al futuro
-Aumentar los precios del tabaco, ya que la carga impositiva sigue siendo muy baja
-Destinar el dinero recaudado a campañas de prevención y tratamiento del tabaco
-Controlar mejor la publicidad indirecta, que no está también regulada como la directa
-Deberíamos ir al empaquetado genéricos que ya tienen en países como Francia, Gran Bretaña y Australia, sin imagen ni colores de la marca, solo avisos sanitarios.
Es necesario mayor apoyo sanitario
-Incrementar la asistencia sanitaria a fumadores, creando más unidades de tabaquismo y aumentando la formación en esta área.
-Financiación de los tratamientos para dejar de fumar
-El tratamiento eficaz es la combinación de apoyo psicológico, terapia sustitutiva y fármacos
-Los dos medicamentos disponibles para esta indicación son bupropión y vareniclina.
Quedan menos fumadores, pero los que quedan, son los que tienen un alto grado de dependencia y en la mayoría de los casos no reciben la ayuda necesaria.
Fuente: Diario Médico, diciembre 2017
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