La Hipertensión Arterial (HTA) es la elevación de los niveles de presión arterial de forma crónica y continuada. La tensión arterial es la presión que la sangre ejerce sobre la pared arterial cuando es bombeada por el músculo cardiaco. La máxima presión se obtiene en cada contracción del corazón (sístole) y la mínima en cada relajación (diástole). Por consenso, se han fijado las cifras por encima de las cuales se considera que un individuo presenta HTA en 140 milímetros de mercurio (mmHg) para la presión sistólica y 90 mmHg para la diastólica.
Al igual que ocurre con la hipercolesterolemia, la HTA es un trastorno que puede no dar ningún síntoma y que sin embargo tiene una relación continua y gradual con la mortalidad cardiovascular, estando relacionada con aproximadamente el 40% de las muertes por cardiopatía isquémica y enfermedad cerebrovascular. El descenso efectivo de las cifras de presión arterial reduce de forma clara y significativa la incidencia de eventos cardiovasculares, sobre todo de la enfermedad cerebrovascular.
La prevalencia de la HTA (≥ 140/90 mmHg) en la población adulta española es aproximadamente del 40%, cifra que aumenta hasta más del 60% para la población mayor de 60 años, especialmente las mujeres. Se estima que tan sólo en torno al 50% de los hipertensos están debidamente diagnosticados y que únicamente el 10% está tratado correctamente.
La Hipertensión Arterial es uno de los FR cardiovascular más importante, incrementa de forma significativa el esfuerzo que realiza el músculo cardiaco para bombear la sangre a los distintos órganos, lo que provoca un aumento de su masa muscular (hipertrofia ventricular izquierda) para hacer frente a ese sobreesfuerzo, pudiendo llegar a darse una insuficiencia coronaria y cardiaca. La HTA también propicia el desarrollo del proceso aterosclerótico que pueden dar lugar a infarto de miocardio o infarto cerebral.
El mejor tratamiento de la hipertensión es una buena prevención para evitar su aparición. Para ello es fundamental seguir unos hábitos de vida saludables, evitando el tabaco y el alcohol, realizando ejercicio aeróbico periódico, manteniendo un peso adecuado, y haciendo una dieta sana. El sodio, componente de la sal de mesa y que se encuentra en exceso en numerosos alimentos procesados, es el principal factor dietético responsable del aumento de la presión arterial, por lo tanto reducir su consumo es fundamental para prevenir la HTA. En muchas ocasiones, las recomendaciones anteriores no son suficientes para controlar la HTA una vez presentada, por lo que será preciso comenzar con tratamiento farmacológico antihipertensivo.
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