El tabaco
El tabaco es más peligroso en las personas con Hipercolesterolemia Familiar. La expectativa de vida disminuye en estas personas de 12 a 15 años, mientras que en la población general esta disminución es de 2 a 4 años. Esto se debe a que aumenta unas 4 veces el riesgo de desarrollar una enfermedad coronaria. Por ello, dimos nuestro total apoyo a la Ley 42/2010 del 30 de diciembre, que en su momento seguimos muy de cerca, enviando nuestras propuestas y alegaciones a la Comisión de Sanidad para conseguir una mayor protección de la salud de los ciudadanos en general, y de forma muy especial para las familias con HF.
El tabaco además, tiene efectos dañinos sobre quienes optan por no fumar. De ahí la importancia de la mencionada Ley en defensa de la protección de estos espacios libres de humo. No hay que olvidar que el tabaco es la primera causa evitable de morbimortalidad en el mundo y que en España mueren cada año, alrededor de 3200 fumadores pasivos, que tienen un incremento en el riesgo de sufrir cáncer de pulmón, infarto de miocardio una mayor mortalidad por enfermedad isquémica del corazón, así como una reducción del peso de los hijos de madres expuestas al aire contaminado por humo de tabaco y un incremento significativo de la frecuencia de síntomas respiratorios crónicos como tos y molestias faríngeas.
Las mujeres, además de estar expuestas a los mismos riesgos que el tabaco ocasiona en los hombres están sometidas a otros riesgos adicionales. Y es que el consumo de tabaco ejerce un efecto multiplicador del riesgo cardiovascular que presentan los anticonceptivos orales. En las mujeres que fuman y siguen este método anticonceptivo, la probabilidad de sufrir un infarto se multiplica por 10.
Si es usted fumador, debe tratar de abandonar este hábito
Dejar de fumar es posible y usted puede conseguirlo. Está a punto de iniciar un proceso que le llevará a ganar en salud y calidad de vida.
Piense en los beneficios del abandono del tabaco y busque sus propias razones para dejarlo
Los beneficios de dejar el tabaco:
- Más agilidad, menos cansancio.
- Disminución o desaparición completa de la tos.
- Recuperación de sentidos olvidados como el gusto y el olfato.
- Recuperación del equilibrio y la hidratación de la piel.
Además:
- Si no tenía ninguna enfermedad relacionada con el uso del tabaco, su riesgo de padecer cáncer de pulmón, infarto de miocardio o bronquitis crónica está empezando a disminuir de forma inmediata.
- Será un ejemplo positivo para sus hijos y nuevas generaciones en general.
- Tendrá la satisfacción de haber recuperado la dirección de una parte de su vida que hasta ahora dependía del tabaco.
- Habrá ganado en salud y ahorrado dinero.
Fase de preparación: ¿cómo lograrlo?
- No se precipite, ha estado fumando durante mucho tiempo. Concédase tiempo para llevar a cabo su plan.
- Lea varias veces al día su lista de motivos para dejarlo; convénzase de la importancia de todas sus razones.
- Piense en una fecha para dejar de fumar en un plazo corto (no menos de un mes). Procure que la fecha no sea una época de especial tensión, de excesivo trabajo o grandes preocupaciones o responsabilidades. Recuerde que ese día lo ha elegido usted y es inaplazable.
- Unas dos semanas antes de la fecha determinada: decida de antemano el número de cigarrillos que va a fumar durante el día, y fume tan solo la mitad del cigarrillo. Si experimenta necesidad imperiosa de fumar, espere algunos minutos antes de hacerlo. No vacíe los ceniceros. Así podrá contar los que ha fumado y su olor le resultará molesto.
- Busque apoyos. Hable de su decisión, preferentemente con alguien que haya dejado de fumar. Un familiar, un amigo, un compañero que ya lo haya logrado y que vea a menudo, puede comprometerse con usted a apoyarle y ayudarle.
- Consulte con un profesional sanitario. Ellos pueden ser una importante ayuda, pues conocen los aspectos más nocivos del tabaco y los medios adecuados para ayudarle a dejar de fumar. Le motivarán y le indicarán los pasos a seguir en cada momento.
- Existen diversos tratamientos para dejar de fumar: tratamientos no farmacológicos (terapia psicológica grupal o individual) y farmacológicos (parches, chicles o comprimidos de nicotina, bupropion, vareniclina). Su médico le indicará cual es la mejor opción para usted.
Cuando el deseo de fumar parezca irresistible, relájese
Los primeros días sentirá a menudo un deseo muy fuerte de fumar que le producirá ansiedad y tensión. Piense que esta sensación solo dura unos instantes y que usted es más fuerte que el cigarrillo. Al final del día verá cómo ha podido con el tabaco.
El día elegido para dejar de fumar
- Levántese 15 o 30 minutos antes que de costumbre para afrontar con más tiempo un día más difícil.
- No piense que no va a fumar nunca más. Concéntrese en pensar que no va a fumar hoy y respete esa decisión cada vez que tenga ganas de encender un cigarrillo. Es mucho más fácil pensar y asumir que no va a fumar en la próxima hora que en el resto de su vida.
- Empiece el día haciendo un poco de ejercicio y algunas respiraciones profundas. Después dúchese normalmente con agua caliente pero acabe con agua fría para relajarse más.
- Durante el día beba gran cantidad de agua y zumos. No tome aquellas bebidas que asocie al tabaco (café, copas, etc.).
- Lávese los dientes nada más comer y no se acomode, mejor de un paseo.
- Aleje los cigarrillos y cerillas, encendedores y ceniceros.
- Piense en algo que desee comprar y calcule su coste en el equivalente a tabaco.
- Si echa de menos algo en la boca, intente mascar chicle o tomar caramelos sin azúcar.
- Haga cosas distintas, cambiar sus rutinas de manera sencilla puede ayudarle a no pensar en el tabaco.
- Utilice sus pequeños ratos de ocio en cosas que le agraden; se sentirá satisfecho y relajado.
- Consiga pequeñas metas que le van a llevar a la gran meta.
En los días sucesivos, identifique situaciones de riesgo y prepare alternativas
- En casa:
- Al levantarse hacer varias respiraciones profundas.
- Después de las comidas lavarse los dientes inmediatamente.
- En vez de ver la televisión, salir a dar un paseo, ir al cine, llamar a un amigo.
- Si su pareja fuma, pedir que no lo haga en su presencia.
- En el trabajo:
- Al intentar concentrarse, hacer varias respiraciones profundas.
- Durante las pausas o descansos, salir al aire libre, dar un paseo, leer su revista favorita.
- Al coger el teléfono, tener un bolígrafo en la mano.
- En momento de estrés, respirar profundamente, intentar aligerar su agenda por algunos días.
Con el abandono del tabaco conseguirá:
- A los 20 minutos: Mejorar la circulación periférica, la presión arterial y la frecuencia cardiaca.
- A las 8 horas: Bajar los niveles de nicotina y monóxido de carbono (CO).
- A las 24 horas: Eliminar toda la nicotina. Mejorar el olfato, el gusto y el aspecto de la piel.
- A las 48 horas: Normalizar el CO, disminuir el moco bronquial, y el riesgo de infarto de miocardio.
- A las 72 horas: Mejorará la respiración al disminuir el broncoespasmo.
- A las 2-12 semanas: mejora la circulación. Mejora la tos y la respiración.
- Al año: Reducir el riesgo de infarto al 50%.
- A los 10 años: Reducir el riesgo de cáncer de pulmón al 50% e igualar el riesgo de infarto de miocardio al del resto de la población.
- A los 15 años: Igualar el riesgo de accidente cerebrovascular al de los no fumadores.
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