El coste de la obesidad en España

La obesidad es un problema de salud pública que lleva años aumentando en el mundo. Desde 1975 ha aumentado casi el triple debido fundamentalmente al avance del sedentarismo y al mayor consumo de comida rápida y de alimentos azucarados y procesados. El 55% de los adultos y un tercio de los menores tienen exceso de peso en España.

Un índice de masa corporal (IMC) de 25 o más se utiliza comúnmente para definir el sobrepeso y un IMC de 30 o más para definir la obesidad. El problema de la obesidad también afecta a la población infantil. Y su frecuencia se ha multiplicado por 10 desde 1975.  España no es una excepción en el avance de esta epidemia, lo que evidencia que los españoles no siguen adecuadamente la dieta mediterránea que si se realizaba en los años 80 del siglo pasado. Una investigación del Instituto de Salud Carlos III señala que uno de cada tres niños y una de cada cuatro niñas tienen exceso de peso y uno de cada diez en ambos sexos obesidad. En los adultos cerca del 24% tiene obesidad y un 37% sobrepeso. Un nivel educativo bajo y los hábitos familiares son un factor de riesgo. Y España junto con Grecia e Italia presentan los peores datos de Europa.

La obesidad se asocia con mayores tasas de diabetes tipo 2, hipertensión, aumento del colesterol, enfermedades cardiovasculares, trastornos del sueño, problemas osteo-articulares y muerte prematura. Las complicaciones que acarrea el sobrepeso y obesidad se llevan el 9,7% del total del gasto sanitario en España, según la OCDE. Se estima que el impacto de la enfermedad sobre el PIB es del 2.9% en España. Esto implica una pérdida de productividad equivalente a unos 480.000 trabajadores a tiempo completo por año. Para cubrir estos costes cada ciudadano contribuye con 265 euros adicionales de impuestos al año, generalmente por encima de la mayoría de países europeos.

En el mundo habrá 1.900 millones de personas con sobrepeso en 2035. Esta epidemia supone un gran coste para los sistemas públicos que puede ser insostenible. Pocas enfermedades crónicas han avanzado tan rápidamente en las últimas décadas como la obesidad. Los fármacos desarrollados originalmente para el control de la diabetes se han convertido en un mercado creciente para el control de la obesidad. A su popularidad han contribuido personajes famosos.

Reducción calórica del 20%

Si en España se lograse una reducción calórica del 20% en los alimentos con alto contenido calórico, en azúcar, sal y grasas saturadas, se podrían prevenir más de 400.000 enfermedades no transmisibles hasta 2050, ahorrar 169 millones de euros al año en costes sanitarios y aumentar el empleo y la productividad.

Entre los alimentos con elevado contenido calórico se encuentran los ultra procesados, los refrescos de cola, bebidas azucaradas, snacks de chocolate, helados, bollería industrial, sopas instantáneas y aperitivos salados entre otros.  Además, los ultra procesados funcionan como drogas de diseño, capaces de liberar ingentes cantidades de dopamina en unos cuerpos diseñados para reaccionar de esta forma ante los azúcares y la grasa, más escasos en los alimentos naturales. Por esto, hay que aprender el lenguaje del etiquetado de los alimentos.

Los medicamentos, útiles en casos avanzados de obesidad, no pueden ser contemplados como la única herramienta para perder peso. El enfoque principal seguirá siendo el cambio del estilo de vida, que incluye una alimentación saludable constante y la práctica regular de actividad física.  Los individuos pueden necesitar aumentar su actividad física, a menudo se requieren más de 3 horas a la semana, como ejemplo caminar más de media hora diariamente a paso rápido.

Fuente: Instituto de Salud Carlos III, Fundación HF