Edur García Iñurrita

9 años, estudiante 4º de Primaria
Amezketa (Guipúzcoa)

A Edur su madre lo llevó con ocho meses al médico para ver si tenía colesterol. Y le detectaron 358 mg/dl. No era casualidad: Edur venía de una familia con hipercolesterolemia familiar y tenía un 50 por 100 de posibilidades de heredarlo. Su madre, Karmele, había ido también al médico muy joven, a los 16 años. Y le detectaron 400 de colesterol. Sus tres hermanos pasaron el mismo control y dieron también colesterol elevado. Su madre, la abuela de Edur, también tenía cerca de 400 de colesterol, aunque no tuvo problemas: hacía dieta y no tomaba medicación. Eso sí, quizás el colesterol estuvo detrás de la muerte del bisabuelo de Edur, que murió de repente con poco más de 50 años.

Al tío de Edur le hicieron un by-pass coronario a los 29 años y otro trece años después. Con eso, Karmele, su madre, empezó a cuidar la dieta y a tomar estatinas desde hace 9 años, gracias a Fátima Almagro, especialista del Hospital provincial de Guipuzcoa. Pero lo que más le preocupaba era su hijo: Edur era muy pequeño y le dijeron que nada de medicación, sólo dieta. Hace dos años que le tratan en el Hospital de Cruces y ahora toma resinas dos veces al día y tiene ya 240 de colesterol. Edur comenta “tengo grasa en la sangre y me tengo que cuidar” pero “no se siente un niño enfermo”, dice su madre. Y se toma muy en serio la dieta: “echa de menos el chorizo, pero no le tienta la bollería”. Y es que, desde pequeño, sólo ha comido sano.