Diferencias entre los yogures y los denominados postres lácteos
El yogurt es el producto resultante de fermentar la leche con bacterias ácido-lácticas como son Steptococcus thermophylus y Lactobacillus bulgaricus. La fermentación de la lactosa produce ácido láctico y la consecuente coagulación de las proteínas de la leche. En el yogurt, las bacterias encargadas de realizar este proceso siguen estando en el producto final (en torno a 10.000.000 y 100.000.000 bacterias vivas por ml).
Esta es la diferencia con los denominados postres lácteos. Estos productos también se procesan mediante fermentación ácido-láctica, dotándolos de una consistencia y pH similar a los yogures, sin embargo, una vez procesados se someten a tratamiento térmico (termización o pasteurización), con lo que se pierden las bacterias vivas que sí están presentes en el yogurt.
Así pues, aunque los postres lácteos tienen una mayor vida útil y no es necesaria su conservación en frío, no debemos olvidar que carecen de bacterias o fermentos lácticos vivos, que no resisten los tratamientos de calor y a los que se atribuyen importantes beneficios en la salud de quien los ingiere, como mejorar el equilibrio de nuestra flora intestinal y estimular el sistema inmunitario de nuestro organismo.
Por ello es aconsejable tomar yogurt frente a productos lácteos termizados o pasteurizados. En cuanto al contenido graso, en ambos productos es generalmente equivalente. Hay que recordar no obstante, que para una alimentación cardiosaludable se recomienda consumir todos los lácteos en su forma desnatada.