COVID-19 en el otoño de 2023: olvidado pero no desaparecido

Desde el fin de la emergencia de salud pública de EEUU en mayo de 2023, los responsables en salud y la población en general desearían mirar el COVID-19 por el espejo retrovisor. Sin embargo, la aparición de nuevas variantes y una ola de infecciones en verano nos recuerdan que el SARS-CoV-2 continuará en el futuro. Por tanto, es necesario dotar a los profesionales de la salud y a los pacientes de una información clínica adecuada a esta nueva situación.

Puede que el COVID-19 se haya olvidado, pero no ha desaparecido. A medida que Estados Unidos y otros países, entre ellos España, continúan saliendo de la pandemia, es esencial que los médicos y los pacientes mantengan al SARS-CoV-2 en la lista de patógenos virales que causan enfermedades respiratorias importantes. Proteger a las poblaciones más vulnerables debería ser una prioridad. Esto incluye facilitar que las vacunas, las mascarillas de alta calidad y las pruebas diagnósticas estén fácilmente disponibles. La utilización de la vacunación es segura y eficaz además de proteger contra los efectos más graves de la infección, especialmente la hospitalización y la muerte. Sin embargo, la protección contra la infección sintomática es limitada y la disminución progresiva de la inmunidad es una realidad con las vacunas disponibles en la actualidad. La vacunación es aconsejable en las personas mayores y en pacientes con enfermedades crónicas. Sin embargo, la forma más importante de limitar la transmisión es el autoaislamiento de quienes están infectados.

Independientemente de los resultados de las pruebas, cualquier persona con síntomas de infección respiratoria debe permanecer en casa evitando ir a la escuela o al trabajo. Si bien la COVID-19 ya no representa una amenaza para la salud pública, previsiblemente, se producirán oleadas de infección en el futuro. Su grado de repercusión social y sanitaria dependerá del comportamiento del virus pero también es importante del comportamiento de las personas.

Fuente: COVID-19 in the Fall of 2023—Forgotten but Not Gone