Consumo de aceite de oliva y menor riesgo de deterioro cognitivo
En adultos de Estados Unidos, una mayor ingesta de aceite de oliva se asoció con un menor riesgo de mortalidad relacionada con el deterioro cognitivo y la demencia, independientemente de la calidad de la dieta. Más allá del beneficio sobre la salud del corazón, los hallazgos amplían las recomendaciones dietéticas actuales de elegir aceite de oliva para la salud relacionada con el deterioro cognitivo.
El consumo diario de al menos 7 g/día de aceite de oliva (una cucharada), se asoció con un 28 % menos de riesgo de muerte relacionada con la demencia en comparación con no consumir aceite de oliva. En los análisis de sustitución modelados, sustituir 5 g/dia de margarina y mayonesa por la cantidad equivalente de aceite de oliva fue asociado con un riesgo entre un 8% y un 14% menor de mortalidad por demencia. Las sustituciones de otros aceites vegetales no fueron significativas.
Este estudio de cohorte prospectivo en Estados Unidos examinó datos del estudio de salud de enfermeras y del estudio de profesionales de la salud con un seguimiento superior a 20 años. La población incluyó mujeres y hombres que no padecían enfermedades cardiovasculares ni cáncer al inicio del estudio. La ingesta de aceite de oliva se evaluó cada 4 años mediante un cuestionario de frecuencia de alimentos.
Un tercio de los adultos mayores mueren con la enfermedad de Alzheimer u otra demencia. Y las tasas de mortalidad por demencia estandarizadas por edad han ido en aumento. La dieta mediterránea ha ganado popularidad debido a sus reconocidos y numerosos beneficios para la salud, particularmente en los resultados cardiovasculares. La evidencia acumulada sugiere que este patrón dietético también tiene un efecto beneficioso sobre la salud cognitiva. Como parte de la dieta mediterránea, el aceite de oliva puede ejercer efectos antiinflamatorios y neuroprotectores debido a su alto contenido en ácidos grasos mono insaturados y otros compuestos con propiedades antioxidantes como la vitamina E y los poli fenoles, presentes especialmente en el aceite de oliva virgen. Un subestudio realizado como parte del ensayo aleatorizado de Prevención con Dieta Mediterránea en España (PREDIMED) proporcionó evidencia de que una mayor ingesta de aceite de oliva durante más de 6 años combinada con la adherencia a una dieta mediterránea protegía del deterioro cognitivo en comparación con una dieta de control baja en grasas.
Fuente: JAMA Network Open. 2024. doi:10.1001/jamanetworkopen.2024.10021
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