Antonio Fidalgo
Secretario Fundación Hipercolesterolemia Familiar
Hace 9 años que su médico de cabecera le mandó un análisis de sangre, buscando una alergia. Y lo que encontró fue 430 de colesterol. “¿Tú qué comes?”, le preguntó la doctora. Y le puso a dieta. Bajó 5 kilos, pero el colesterol seguía en 400. Y a los pocos meses acabó como paciente del doctor Mata. Empezó a tomar estatinas y en seis meses tenía el colesterol por debajo de 300. Y ahora está en 200, con dieta y medicación. ”Me he acostumbrado y aunque tengo que perder algo de peso, me encuentro fenomenal. Esta es una enfermedad que tiene solución”, comenta Antonio esperanzado. Y cuenta que ha tenido más suerte que su madre, que en 1986 tuvo un infarto con menos de 60 años. ”Entonces se enteró de que tenía más de 400 de colesterol”. Tras unos años sin la medicación adecuada, ahora toma estatinas como su hijo y está fenomenal, con poco más de 200 de colesterol. Antonio tiene un hijo de 14 meses. ”En cuanto cumpla los 3 años, le hago un análisis”, dice. Si tiene colesterol, no lo sabrá por casualidad, como su padre o en urgencias, como su abuela. Es un gran avance.
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