Aceite de oliva: protector cardiovascular en poblaciones no mediterráneas
El consumo de aceite de oliva se ha asociado a un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares (ECV) en poblaciones mediterráneas, pero no se conoce su efecto en la población de Estados Unidos. Dos estudios recientes han mostrado que un mayor consumo de aceite de oliva se asoció con un menor riesgo de enfermedad coronaria (EC), ECV y mortalidad total en dos grandes cohortes prospectivas de hombres y mujeres en Estados Unidos.
El objetivo de los estudios fue examinar si el consumo de aceite de oliva se asocia con el riesgo de ECV, enfermedad coronaria y mortalidad total. Se incluyeron 61.181 mujeres y 31.797 hombres que no tenían cáncer, cardiopatía e ictus en el momento de inclusión. La dieta fue evaluada utilizando cuestionarios de consumo en el momento de la inclusión y después, cada 4 años.
Tras 24 años de seguimiento y un ajuste por factores dietéticos y de estilo de vida, los sujetos con un mayor consumo de aceite de oliva presentaron un 14% menos de riesgo de ECV y 18% menos de riesgo de EC. En el subgrupo de pacientes con un mayor consumo de aceite de oliva se observaron menores niveles de bio-marcadores inflamatorios circulantes y un mejor perfil lipídico. En el otro estudio el consumo de aceite de oliva también se asoció con menores riesgos de mortalidad total. En resumen la sustitución de margarina, mantequilla, mayonesa o nata por aceite de oliva podría conducir a un menor riesgo de EC, ECV y mortalidad total, además de mejorar la salud general y la longevidad.
El aceite de oliva es la piedra angular de la dieta mediterránea, junto al consumo de legumbres, verduras, pescado fresco y poca cantidad de carnes rojas. Su papel como factor protector de enfermedades cardiovasculares ha sido ampliamente estudiado, contando con una gran evidencia de ensayos clínicos realizados en España de prevención cardiovascular como el PREDIMED y el CORDIOPREV, ambos con aceite de oliva virgen (el objetivo era consumir 50 g, aproximadamente 4-5 cucharadas soperas por día).
La evidencia del papel protector del aceite de oliva va aumentando en los últimos años y parece que es suficientemente robusta como para que deba considerarse una de las bases de una dieta saludable, tanto en la población general como especialmente en pacientes con patología cardiovascular. Se ha de enfatizar en el mejor perfil de componentes bio-activos del aceite de oliva virgen frente al aceite de oliva refinado, ya que este último pierde gran cantidad de propiedades en su proceso de elaboración.
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